Consejos para reformar una vivienda para aumentar su valor

La valoración de una vivienda, lejos de ser un valor estático, depende de numerosos factores como la zona en la que se encuentra, las dimensiones, la orientación y el estado de la vivienda, así como el precio actual del mercado.

El precio de compra y, sobre todo, la dinámica del mercado determinarán nuestras posibilidades de revalorizar una vivienda en el mercado a corto o largo plazo, o simplemente, de mejorar las condiciones de vida de sus habitantes.

En este sentido, el planteamiento de una solución para aumentar el valor de una vivienda no debe tomarse a la ligera. Es aconsejable realizar un estudio en profundidad para correlacionar y equilibrar los factores, con el fin de encontrar el rango óptimo entre la inversión y el precio de venta del mercado. Desde el punto de vista del diseño de interiores, cualquier reforma bien pensada y ejecutada supone un valor añadido que revaloriza cualquier vivienda al alza.

En la época de la burbuja inmobiliaria, donde las perspectivas de revalorización eran altas, muchos inversores vieron la oportunidad de mercado que suponía comprar algo barato para reformarlo y venderlo a posteriori sumando la revalorización de la vivienda original y el valor de la vivienda reformada, lista para entrar a vivir.

Este beneficio se maximizaba cuando las actuaciones a realizar no eran de mucho calado, o el inmueble estaba en una zona muy codiciada con poca o ninguna vivienda nueva. Los precios de la construcción para obra nueva y reforma no son los mismos, al contrario de lo que podemos pensar en algunos ramos es más barato empezar de cero y poner todo nuevo que recuperar lo existente.

¿Cuándo puede ser interesante realizar una reforma?

En condiciones similares de tamaño, superficie y orientación, una casa reformada como baños o salas tiene más valor que una casa por reformar. Esto puede ser un buen argumento para reformar. Pero hay que tener en cuenta el momento del mercado. En situaciones de auge de precios, la reforma se suma a la revalorización de la vivienda en su estado original. En situaciones de estancamiento, crecimiento muy lento o decrecimiento el cálculo se complica.

Según Woo Hogar, aunque el contexto general no es el más favorable, hay que atender si se trata de una zona en auge, donde se mueven nuevos negocios. Si eres de los primeros en intuirlo y tienes capacidad de inversión, son buenas oportunidades, aunque cada vez son más escasas. Si no es así, hay que valorar muy bien las actuaciones a realizar para no sumar una inversión superior a los precios de mercado para un piso reformado.

Si planteamos la revalorización del inmueble por reforma como un negocio, debemos considerar las posibilidades de continuidad de la rueda. Es decir, reinvertir la plusvalía y minimizar los impuestos a pagar.

Si nuestra perspectiva no es la de un inversor. Pero es nuestro hogar, al menos durante unos años, la posibilidad de revalorizar la casa para su futura venta o alquiler es un buen argumento para reformarla y actualizarla. Así, una vivienda puede ser tratada como una inversión tanto a corto como a largo plazo. Se puede disfrutar del uso de la vivienda en el presente con vistas a su venta en el futuro para recuperar una inversión y adquirir, quizás, una casa de mayor valor o mejor adaptada a las condiciones personales.

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